Hace unos días conocíamos que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha concedido la medalla de oro al mérito en las Bellas Artes 2016 a Julián López, también denominado El Juli, cuya labor no es otra que la de matador de toros. Y es que el tema tiene un trasfondo bastante importante.
De nuevo la tauromaquia obtiene un premio de manos del gobierno de España, un gobierno que sigue apuntalando siempre que puede este acto de maltrato animal, como si no hubiese otros ámbitos que pudiesen ser galardonados siendo más éticos que la tauromaquia. Y es que existen 2 importantes trasfondos en la sustentación de esta práctica cruel.
Uno de esos trasfondos es por una razón meramente partidista por parte del gobierno del PP, y es que la gran mayoría de votantes de este partido son personas a las que le agrada la tauromaquia, por tanto la defensa de esta práctica es una defensa de su voto al fin y al cabo. Y lo más preocupante es que no hay ningún atisbo de que el votante de dicho partido se mueva de esa posición…
El segundo trasfondo es la potenciación de la tauromaquia como un valor patriota, un valor de la marca España, y es que hace tan solo meses se ha defendido esta práctica como una defensa de España frente a aquellas y aquellos que quieren independizarse de España, como es una parte de Cataluña. Y es que las corridas de toros se politizaron de tal manera que el gobierno español recurrió una ley catalana al Tribunal Constitucional que prohibía la celebración de corridas de toros en territorio catalán, como si tal ley hiciera a Cataluña caminar más al independentismo… y todo ello sin tener en cuenta la tortura y la muerte de los toros… dando más importancia el patriotismo que a la muerte de seres vivos, una pena.
Y es que desde mi punto de vista, el tema de las corridas de toros se ha politizado tanto que parece que el único camino para su fin es que ciertos partidos políticos gobiernen, y el tema catalán nos ha enseñado una gran lección, y es que desde el ámbito autonómico, provincial o local no se puede hacer leyes o decretos lo suficientemente importantes para que el gobierno central no los pueda tumbar en el Tribunal Constitucional, el cual ha tomado la defensa de la tauromaquia como algo español y todo el que no lo/a defienda será un/a antisistema y antiespañol/a. Tal recurrencia al Tribunal Constitucional y la interpretación de nuestra Constitución nos ha hecho disminuir en gran parte el poder democrático del sistema actual, poniendo en peligro incluso la democracia tal y como la conocemos.
Es por todo ello por el que toma más importancia que nunca 2 cuestiones, movilización social y concienciación, frente al apuntalamiento de la tauromaquia por el régimen del 78. Movilización social que debe ir creciendo a medida que pase el tiempo, articulada por movimientos sociales y apoyada por los partidos políticos que defiendan el fin de esta práctica cruel, tendrá que ser el éxito de un conjunto de personas y movimientos sociales, ningún partido político o movimiento solo podrá conseguirlo, eso es un hecho que hay que empezar a asumir las/os antitaurinas/os. Y por otro lado la concienciación, la cual tendrá que ser conjunta con la movilización social, educando a las personas, sobre todo las nuevas generaciones, de que la tauromaquia es una práctica torturadora de animales, que no es ni arte ni cultura por mucho que quiera defender el gobierno central dichos valores.
Nos espera un año 2017 lleno de obstáculos pero que entre todas y todos unidas y unidos luchando en la calle y educando en nuestro ámbito social nos hará allanar el camino para un futuro sin tauromaquia, más justo para todas y todos los seres vivos.
Salud, República y defensa animal.
David Gallego Medina
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